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Medellín, 03/08/2019

Con el corazón en Corona y en el país

Trabajar con la gente, aportarle a las comunidades y al país es la gran vocación de María Adelaida Duque, coordinadora de Gestión Humana en la División de Insumos Industriales y Energía. Hablamos con ella sobre su trabajo en la empresa y el voluntariado que realiza desde hace ya tres lustros.

Con un optimismo y una alegría a flor de piel, que le vienen a María Adelaida de la satisfacción que le da relacionarse y trabajar con otros, esta paisa aguerrida empezó en Corona como contratista hace 15 años. “Estuve dos años vinculada bajo este esquema y luego pasé a ser empleada de Corona. Soy comunicadora social de profesión e ingresé como tal. Fueron siete años en ese cargo. En un momento dado hubo un cambio y me ofrecieron la oportunidad de estar en la Coordinación de Gestión Humana. Me asignaron a Procesos Productivos y Minería. Mi trabajo es con la gente, que es lo que a mí me gusta. Acompaño a los líderes en los procesos de gestión humana, contribuyo al clima organizacional, igualmente colaboro en los procesos de selección y de fortalecimiento del talento humano, entre otros aspectos”, comenta.

Como bien dice ella, han sido años de aprendizaje y de crecer profesionalmente, y eso es algo que no tiene precio. “Este no era un cargo para una comunicadora social y tuve la oportunidad de adquirir unas habilidades que de otra manera no hubiera podido ganar. Trabajar en Corona ha sido muy enriquecedor y he sido muy feliz acá”.


Apuesta por el país

Como la mayoría de las personas dinámicas y optimistas, María Adelaida es inquieta. Así empezó su historia con la Reserva Naval. “Cuando mi hermano prestó servicio militar, yo lo visitaba. Me di cuenta de que había un grupo de gente un poco mayor que le daba servicios al ejército de acuerdo con cada profesión. En la Universidad yo había hecho un curso de reserva y me encontré con un amigo que me contó sobre la Reserva Naval, en donde también uno podía prestar sus servicios. Él me motivó y entramos a hacer un curso de un año de formación militar en la institución. Una vez graduados, empezamos a prestar servicios voluntarios en nuestras áreas”, cuenta María Adelaida en un tono muy vivo.

La cosa no fue fácil, pues el entrenamiento físico y mental era exigente y muy duro. Pero valió la pena. Después de todos los esfuerzos y de acabar el curso con gran orgullo, María Adelaida hoy colabora en jornadas de apoyo al desarrollo en las comunidades donde hay presencia de la Armada. En el año se agendan cuatro jornadas a las cuales asisten profesionales de diferentes áreas para brindar sus servicios a la gente. Médicos, enfermeras, odontólogos, comunicadores, entre otros, les dan la mano a comunidades muy vulnerables y necesitadas del país. “Nosotros nos vamos organizando antes de llegar a los sitios, consiguiendo recursos y donaciones, y recogiendo ropa, medicinas y alimentos. Y Corona ha sido fundamental para mí, pues me ha apoyado y nos ha ayudado con el mejoramiento de aulas y de las guarniciones de la Armada. También tenemos un programa de generación de empleo y en Insumos Industriales y Energía ya han recibido algunos infantes de marina como operarios. Y desde la parte de sostenibilidad nos han ayudado con donación de producto en zonas como Chocó, San Andrés, Cartagena, y con vajillas para los submarinos y buques logísticos. Ha sido increíble. Incluso mi jefe y mis compañeros siempre me piden que tome fotos y que los tenga al tanto”, exclama María Adelaida.

La dedicación y la disciplina son una premisa obligada de este voluntariado para lograr los objetivos. Llegar a lugares apartados implica movilizarse en aviones grandes de la Fuerza Aérea y contar con el apoyo de oficiales, suboficiales e infantes de marina que además de estar involucrados en las actividades velan por la seguridad de María Adelaida y sus compañeros. En casa, ella también cuenta con el apoyo de su esposo. “Durante el último año de novios fue que hice el curso, y él hoy me apoya igual que en ese entonces. Él se interesa mucho y me pide que le mande fotos cuando estoy en las jornadas. Siento que está orgulloso de mi por lo que hago”.

Si bien este trabajo no tiene paga, el sentimiento de ayudar y de aportarle al país es lo que más satisfacción le da a esta mujer que le mete el alma a todo lo que hace. “Este trabajo es voluntario. Lo que nosotros tenemos es una relación contractual con la Armada que en contraprestación y como símbolo de agradecimiento nos da un grado militar de reserva. Yo actualmente soy Capitán de Corbeta y me siento muy orgullosa de ello”.

Regalando sonrisas desinteresadamente

A lo largo de este año y de la mano con la Reserva Naval, María Adelaida ha participado en la entrega de kits de vajillas para los matrimonios colectivos de Infantes de Marina en Bogotá, en donde gracias a la participación de nuestra División de Mesa Servida se logró llevar una nueva alegría a 50 familias de nuestros héroes de la patria.

Así mismo nuestra compañera ha trabajado en la adecuación de alojamientos de guardacostas en Bahía Solano (Chocó), Cartagena y Santa Marta y la intervención locativa de las instalaciones del Hospital Naval de Cartagena.

Para este año también está adelantando el curso de ascenso en Bogotá y recibió la medalla de Servicios Distinguidos a la Armada Nacional. En cuanto a los retos, no duda. En Corona, seguir creciendo en Gestión Humana, adquiriendo destrezas y trabajando en la expansión de plantas. En cuanto a la Armada, seguir viajando por el país, cuya realidad ha ido conociendo en las jornadas. “Y llegar a Capitán de Navío, y eso solo se hace con méritos. Es lo que quiero”, concluye María Adelaida.

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